No todos los BMW llevan el mismo corazón… aunque a veces lo parezca
A primera vista, elegir un BMW puede parecer tan simple como escoger número: 1, 3, 5… como si se tratara de tallas de camiseta. Pero bajo esa numeración tan germánica se esconde un catálogo de motores que, aunque compartan apellidos, no siempre se comportan igual. A veces ni siquiera se parecen.
Porque sí, un B48 puede vivir tanto en un Serie 1 como en un Serie 5. Lo que cambia es todo lo demás: puesta a punto, electrónica, transmisión… y, por supuesto, la manera en que te saca una sonrisa (o un dolor de cabeza).
Vamos por partes, como haría un buen mecánico… o un cirujano alemán.
Serie 1: el benjamín con carácter
El más pequeño de la familia BMW no viene precisamente con alma de juguete. Aquí se encuentran motores más modestos, tanto en cilindrada como en aspiraciones. Es el coche del joven profesional, del urbanita con aspiraciones… o del que quiere una hélice bávara sin hipotecar el hígado.
Gasolina: 116i, 118i, 120i — tres o cuatro cilindros, con bloques como N13, B38, B48
Diésel: 116d, 118d, 120d — los ya clásicos N47 y B47
Pero ojo: no todo es contención. Los M135i y M140i montan motores de seis cilindros (B58) que rugen con un descaro casi ofensivo en una carrocería tan pequeña. Como meter un león en una pecera.
Lo bueno: ágiles, fáciles de mantener, ideales para ciudad.
Lo menos bueno: a alta velocidad, el refinamiento se va tan rápido como la gasolina en un semáforo.
Serie 3: el equilibrio que busca (casi) todo el mundo
Ni tan pequeño como el 1, ni tan burgués como el 5. El Serie 3 es el BMW por antonomasia. Y su gama de motores lo confirma: una carta variada que va del café solo al cóctel molotov.
Gasolina: del 316i al 340i
Diésel: del sobrio 316d al poderoso 335d xDrive
Por aquí han pasado nombres ilustres: N47, B47, N20, B48, B58, M57, N57… un árbol genealógico que necesitaría su propia Wikipedia.
Ventajas: mejor aislamiento, más potencia disponible, más margen para refrigerar y mejorar el rendimiento.
Inconvenientes: algo más de peso y precio… pero también más respeto en la autopista.
El Serie 3 es como ese amigo que se adapta a todo: te sirve para trabajar, para viajar y hasta para correr un track day si se tercia.
Serie 5: el músculo vestido de traje
Aquí el motor ya no solo se oye: se siente, se insinúa, se disfruta. El salto al Serie 5 no es solo de tamaño: es de filosofía. Aquí se empieza a hablar en serio de confort, de suavidad… y de caballos.
Gasolina: 520i, 528i, 530i, 540i (N20, B48, B58)
Diésel: 520d, 525d, 530d, 535d (N47, B47, N57, B57)
Y también: híbridos, V8 y otros excesos deliciosos
Ventajas: el silencio, la entrega de potencia fluida, la sensación de que todo en este coche ha sido pensado para largas distancias con buena música.
Inconvenientes: más consumo, más peso, más componentes susceptibles de decir «hasta aquí hemos llegado».
Si haces muchos kilómetros o simplemente has decidido que tu columna vertebral no se merece menos que una suspensión impecable, el Serie 5 es tu templo.
¿Entonces… son los mismos motores?
Aquí viene la trampa: sí, pero no.
Un motor puede tener el mismo código en varias series, pero eso no significa que se comporte igual. Es como decir que dos chefs usan la misma cebolla: uno hará una sopa francesa, el otro un curry picante. Todo depende de cómo se cocina.
Ejemplos reales:
- El B58 de un M140i es pura adrenalina compacta. El mismo motor en un 540i es un bálsamo elegante a 180 km/h por la autobahn.
- Un 320d y un 520d pueden compartir bloque, pero el primero va más apretado, mientras que el segundo se lo toma con más calma… y refrigeración.
¿Y cuál rompe menos?
Ah, la eterna pregunta. Como con los amores, la fiabilidad no depende solo del nombre, sino de cómo se cuida.
A igualdad de motor, los Serie 3 y 5 suelen tener mejor ventilación y trabajan con menos estrés. ¿Por qué? Porque tienen más espacio, mejores sistemas de refrigeración y suelen montar transmisiones automáticas que miman el conjunto.
Pero que no se te olvide: el mantenimiento mata más motores que el kilometraje.
Elegir bien, cuidar mejor
No hay Serie buena si no sabes qué lleva bajo el capó. Un 118d, un 330i o un 530d pueden ser tus mejores aliados… o tu ruina en forma de factura de taller.
Infórmate, elige con cabeza y mantén tu motor como si fuera un reloj suizo con sed de gasolina.
Si tu motor BMW necesita una segunda vida…
En Reman Motor trabajamos con todos los corazones BMW: los pequeños, los potentes, los nobles y los que ya dieron lo mejor de sí. Reconstruimos motores respetando su esencia… pero mejorando donde la historia ha demostrado que flojean.
Porque cada serie tiene lo suyo. Y nosotros también.
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